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Los hoyos negros y el Apocalipsis

Fis. Alfredo Osorio S.

Los agujeros negros no son tan negros

Stephen Hawking

Salieron de las ecuaciones matemáticas y lo bautizo John Wheeler - hasta 1967 con el nombre de Hoyos Negros (o Agujeros Negros). Con algunos días de diferencia después de que Albert Einstein dio a conocer las ecuaciones de la relatividad general, en noviembre de 1915, Karl Schwarzchild enunció una solución exacta de dichas ecuaciones; estas ecuaciones describían el campo gravitacional que circunda una masa esférica, solución que presentaba una singularidad (surgen cantidades infinitas) cuando la distancia radial llega a un valor crítico conocido como radio de Schwarzchild, este radio, para darnos una idea, es de unos 3 kilómetros para una masa como la de nuestro sol, por debajo del radio de Schwarzchild las ecuaciones pierden su sentido físico.


Pero… ¿qué es un hoyo negro? La respuesta científica -a nivel popular- considera que es una región del espacio tiempo del Universo de la que nada puede escapar, ni luz ni materia. Esta región sufre una deformación por la presencia de la materia y, que la gravedad es únicamente una manifestación de la curvatura del espacio-tiempo. Vamos a auxiliarnos del término “geodésica”, que no es más que la línea de camino más corto entre dos puntos de una superficie. En el espacio euclideo, las geodésicas de una esfera, por ejemplo, son arcos de círculo máximo, para ilustrar el ejemplo más familiar de la gravedad terrestre: la Tierra no está sometida a ninguna fuerza de atracción que curve su trayectoria, no, simplemente está siguiendo una geodésica del espacio-tiempo, curvado por la masa del Sol. Si la curvatura del espacio-tiempo aumenta considerablemente, todas las trayectorias de las partículas materiales y de los fotones quedan encerradas en un volumen conocido –en el argot científico- como horizonte de acontecimientos. A esta región se le denomina la superficie de un hoyo negro.


Cuando se terminan las reacciones termonucleares en el núcleo de una estrella por falta de combustible, la presión interna supera la fuerza gravitacional dando como resultado el colapso gravitacional de la misma; si la masa de dicho cuerpo estelar es menor a 1.4 masas solares, la estrella se convierte en una enana blanca. Para cuerpos con mayor masa el estado final es un objeto más denso conocido como estrella de neutrones, estas estrellas son estables sólo sí su masa es menor a 3 masas solares. Si no ocurriese la condición anterior, la situación se convierte en algo verdaderamente fantástico: si el radio es de 1.5 veces el radio de Schwarzchild (2GM/c2, G es la constante gravitacional de Newton, M la masa del cuerpo, c es la velocidad de la luz) los fotones radiados tangencialmente a su superficie tienen mayores dificultades para escapar de la estrella dando como colofón un “capullo luminoso” es decir, la < > y, si fuese el caso de llegar al radio de Schwarzchild, nada puede salir, se ha hecho la oscuridad, se ha formado el hoyo negro.


Para hoyos negros estelares –vale la pena el matiz, debido a la especulación de los hoyos negros subatómicos- la variable principal de su existencia es su masa. El usar esta variable obliga a estimar la velocidad y el periodo orbital de estrellas binarias, que es donde se presume la mayor cantidad de casos. El ejemplo prototipo es Cygnus X-1, una fuente de rayos X perteneciente a un sistema binario (que se conoce desde los años 70s del siglo pasado). Cygnus X-1 fue la primera estrella donde se tuvo la certeza de se cumplía con los requisitos teóricos para ser un hoyo negro: se trataba de un astro hundido cuya masa era mayor a 6 veces la del Sol, se descubría la existencia de los hoyos negros. Otros ejemplos: en 1991, el telescopio francés Sigma a bordo del satélite ruso Granat detectó la Nova de la Mosca –un cuerpo que emitía rayos X de manera periódica y con las características de un hoyo negro. El telescopio espacial Hubble ha descubierto innumerables movimientos en el centro de nuestra galaxia, todos con concentraciones difíciles de explicar sin la presencia de hoyos negros. Su existencia es, pues, incuestionable.


Hace pocos días, en uno de los canales de paga, se transmitió un programa en donde se advertía sobre las consecuencias en nuestro planeta si fuese atravesado por algún hoyo negro de tamaño subatómico, los efectos serían catastróficos, por ejemplo, se activarían casi todos los volcanes del mundo dando lugar a la extinción de la mayoría de las especies. El apocalipsis reloaded. Pero en lo que ocurre dicho apocalipsis tendremos que aguantar, por tontos y dejados, nuestro apocalipsis mexicano que “disfrutamos” día tras día. Viva México, paisanos.

Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.

Pasaje bíblico sobre el Apocalipsis.

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