El pene humano y la selección sexual
Francisco Guerra
Un reciente estudio publicado en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) por investigadores de la Universidad de Ottawa en Ontario, Canadá ha mostrado pruebas de que la evolución del tamaño del pene humano ha sido producto de procesos de selección sexual que han realizado las mujeres a lo largo de la evolución del Homo sapiens.
El tamaño del pene humano es proporcionalmente mayor que el presente en las especies homínidas vivas con quien tiene mayor parentesco. El tamaño del pene, en estado de relajación en gorilas es de 3 cm, en chimpancés es de 8 cm, en orangutanes es de 4 cm (en erección), mientras que en el ser humano es de 13 cm en promedio, sí 13 cm, es aquí donde surgen las dudas ¿a qué se debe esta desproporcionalidad con respecto a nuestros homínidos compañeros? También es aquí cuando comienzan las lucubraciones y donde entran las posibles causantes de esta condición, las mujeres.
Los genitales masculinos han sido objeto de selección sexual postcopulatoria (después del acto sexual) e incluso fueron objeto de selección sexual precopulatoria (previo al acto sexual) por parte de las féminas. Lo anterior se debe a la naturaleza no retráctil del pene humano (que no puede retraerse y ocultarse en alguna cavidad), lo cual permite hacer visible, a pesar de las ropas, los genitales masculinos. Ante esa visibilidad del pene, las mujeres, a través de procesos de selección sexual, han elegido parejas con penes grandes a través de la historia evolutiva.
Jan Vinzenz Krause of the Institute for Condom Consultancy measures a prototype of a spray-on condom, in Singen, GermanyEl estudio citado integró a 105 mujeres a las cuales se les fueron presentando en pantalla 53 figuras a tamaño real acerca de reconstrucciones informáticas de hombres con distintas estaturas, penes y anchura de hombros de acuerdo a las variaciones de hombres reales. Las voluntarias debían elegir las figuras que les generaban mayor atracción en términos sexuales.
El objetivo del estudio era determinar cuáles son los rasgos que a las mujeres les parecen más atractivos en los hombres. Los resultados mostraron que el atractivo está influenciado por la forma del cuerpo, el tamaño del pene y la altura de cada individuo. El estudio plantea que el rasgo que se les hace más atractivo, a las féminas, es la anchura de los hombros, seguida de la longitud del pene y la altura del hombre. El valor óptimo para el pene sería de 13 centímetros, la altura 1,87 metros y una proporción entre la anchura de hombros y la cadera de 1,45. Otros resultados del estudio muestran que el tamaño del pene tiene un mayor efecto en el atractivo de los hombres más altos que en los hombres más bajos.
El hombre óptimo de acuerdo a las elecciones de las féminas no se presenta en la realidad con esas proporciones. En pocas palabras, el príncipe azul, de acuerdo a la elección de las mujeres en el estudio, no existe pues las preferencias salen de las medidas naturales.
Los investigadores reconocen que hacen falta estudios a mayor profundidad para concluir las relaciones que presentan las mujeres en función de la selección sexual y las características que han promovido en los hombres. Sin embargo, es indudable la participación de las mujeres en la conformación de las características varoniles a lo largo de la historia evolutiva del ser humano.
Entonces, al final de cuentas el tamaño ¡sí importó! y posiblemente, ¡aún importa! y por si fuera poco la evolución lo avala.