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Narcociencia: la ciencia al servicio del narco

Fis. Alfredo Osorio S.

Con el afecto de siempre, para mi “compay” Pastrana, y Juan Carlos Canales.

Hace 17 años lo empecé a mencionar: la necesidad que tenían los narcos de los científicos. Algunos tomaron con poca credibilidad lo que yo afirmaba en algunos programas de divulgación que a la sazón había. Ahora se están dando cuenta de que no estaba equivocado; cada vez es más importante para el “crimen organizado” la presencia de los ingenieros de toda laya: civiles, electrónicos, químicos, en comunicaciones, físicos, matemáticos, especialistas en criptografía, etc.


Los traficantes de droga necesitan un infinito número de quehaceres para sembrar, cosechar, transportar, contabilizar, vender, distribuir, y mucho más.


Desde la siembra de enervantes requieren, por ejemplo para la mariguana, encontrar los mejores fertilizantes para que esta droga sea más resistente a cualquier clima y sus cambios; la tienen que sembrar en muchas ocasiones en lugares que sería difícil imaginar: en zonas áridas, montañas inaccesibles, bosques peligrosos, intrincadas selvas, por decir lo menos. He aquí el concurso de químicos, biólogos, ingenieros agrónomos, especialistas en hidráulica, entre otros.


Después de sembrar la droga, los narcotraficantes necesitan transportarla (faltan aquí un sinnúmero de actividades que describir). De la montaña a las grandes ciudades (por ejemplo, imaginen cómo transportar 100 toneladas de mariguana -que representa un problema logístico diferente a transportar 100 toneladas de cocaína- de las montañas del Estado de Guerrero a la ciudad de Nueva York). Habrá necesidad de hacerlo por aire, mar y tierra si es necesario. Los narcos colombianos se han dedicado a construir submarinos –en la espesura de la selva- con el bagaje científico y técnico de los especialistas en Física, matemáticas, investigadores en tecnología submarina, electrónica, computación, ingenieros metalúrgicos, diseñadores, químicos, ingenieros eléctricos, especialistas en comunicaciones, etc.


Necesitan especialistas en optimización para hacer menos tiempo, tener menos riesgos, minimizar rutas (4500 kilómetros de Acapulco a Nueva York, siguiendo con el ejemplo anterior). Cuántos transportadores y vehículos hacen falta (xi, yj) en general, i (transportadores) es diferente de j (vehículos). De las 100 toneladas –de este hipotético ejemplo, cuántas de ellas se irán por mar, cuántas en avión y por carretera.


Los científicos tendrán la tarea de diseñar drogas “optimizadas” lo cual quiere decir que… dejen mejores dividendos a los narcotraficantes. Lo anterior se consigue haciendo estupefacientes más baratos, con efectos más duraderos, mayor maniobrabilidad, indetectabilidad, etc.Para descubrir el “hilo negro”. Los gerentes del narco requieren comunicaciones seguras. No me imagino –sólo un aprendiz de narco lo haría- tener un teléfono celular común (más que corriente); necesitan sofisticados dispositivos de comunicación que los haga invulnerables a la detección –principalmente de los cárteles rivales más de que las fuerzas gubernamentales como el ejército, la marina, las fuerzas especiales, las policías en todos los niveles, etc., por razones obvias, y ya encarrilados, los ojos del narco empiezan a voltear hacia…!los físicos cuánticos! Con eso de la criptografía cuántica que hará imposible descifrar mensajes de cualquier tipo.


Lo anterior es una muestra pequeña de las necesidades científicas y tecnológicas de los señores de la droga. Por desgracia, no será el enclenque presupuesto (0.35 % del Producto Interno Bruto) del gobierno federal mexicano quien dé el apoyo a la ciencia y tecnología sino “El Chapo”, los miembros de Televisa inmiscuidos en el negocio, los zetas, el cártel del Golfo, La Familia, La Línea, el Cártel de Juárez, los Mara Salvatruchas,…, la lista es interminable. Ya algunos rectores de varias universidades, tecnológicos, e instituciones de educación superior han tomado acciones (a favor o en contra de los mismos grupos y/o cárteles); los Secretarios de las dependencias federales, directores de las paraestatales han hecho lo propio. En fin. Lo anterior sin contar a los profesionistas que, desde siempre, han tenido –obligados o no- relaciones profesionales con los barones de los estimulantes, me refiero a médicos, abogados (¿dónde se encuentra señor Fernández de Cevallos –vox dei, dixit?), sacerdotes, dueños de clubes de futbol, etc. Como siempre: cada segundo, cada día, mes, año, la realidad rebasando por la izquierda a la realidad. Hoy en día, los procedimientos son, prácticamente, artesanales, sin embargo, la modernidad llegará dentro de muy poco, muy poco tiempo.

De neurona a neurona:

El dinero es como una droga de diseño. Estimula placeres livianos, ilusorios y efímeros, crea una adicción severa y crónica, desestabiliza el orden de valores, provoca infelicidad y frustración, y distorsiona el universo psico-emocional.

José Luís Rodríguez Jiménez

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