México futbolero… y sin ciencia
Francisco Guerra
@kaifrank
“La gloria es un veneno que hay que tomar a pequeñas dosis.”
Honoré de Balzac
En 2008 Carolina Aranda Cruz, una joven que hoy cuenta con 15 años y que en ese momento estudiaba la primaria, fue invitada a ofrecer un discurso en el Congreso Mexicano de Pediatría frente a cientos de pediatras y al entonces secretario de Salud José Ángel Córdova Villalobos.
En aquella ocasión Carolina fulminó a más de uno con una frase que refleja parte de la problemática nacional con respecto a ciencia y tecnología. La frase es una modificación a lo que Porfirio Díaz, en 1909, expuso “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Con cambios sustanciales Carolina mencionó “Pobre México nuestro, tan cerca del futbol y tan lejos de la ciencia”. Con esa crudeza terminó en aquella ocasión el discurso de Carolina.La verdad es que nadie se alebrestó ni mostró el mínimo interés en el tema. A cuatro años, la situación sigue igual de deplorable para la ciencia. Por el contrario, los recursos económicos se han visto disminuidos para la actividad científica y tecnológica en el país. Cada vez se otorga menor presupuesto para este rubro.
Posterior a aquel discurso, pocos recapacitaron, y sí se modificaron algunas formas de administración. Lo lamentable para el desarrollo nacional es que fue en el futbol que se pusieron manos a la obra y no en el apoyo a la ciencia. La Federación Mexicana de Fútbol (FEMEXFUT) decidió dirigir recursos económicos en la organización de torneos Sub-20, Sub-17 y, recientemente, Sub-15. Estos torneos se realizan de forma simultánea a las competencias de primera división profesional en México y promueven la competitividad entre jóvenes futbolistas profesionales. La decisión de realizar estas competencias fue formalizada en vista de lo pésimo que es, o era, el futbol nacional, participante en gran cantidad de torneos internacionales y siempre con los mismos resultados tormentosos.
En la actualidad, no es ninguna casualidad que se ganen torneos por aquí o medallas por allá, lo que sucede es que hay inversión y preparación de selecciones menores. Lo anterior ha producido resultados positivos en el futbol: el bicampeonato mundial Sub-17, el tercer lugar en el mundial Sub-20, ganadores de una serie de competencias internacionales en selecciones menores, así como la más reciente medalla de oro en los Juegos Olímpicos Londres 2012.
Los resultados en futbol son producto de la inversión económica. Es cierto, el futbol se maneja con inversión privada, en cambio la ciencia debe ser promovida, fundamentalmente, por inversión gubernamental. Sin embargo, ante la incapacidad del gobierno y la ineficacia del sistema político-económico para apoyar la actividad científica y apuntalar al país al desarrollo tecnológico, deben tomarse medidas apresuradamente ¿acaso la ciencia no tiene la capacidad de ofrecer un marco de actividades que promuevan beneficios económicos para sectores privados? ¡Claro que la tiene! Esa característica y muchas otras más nos ofrece la ciencia para el desarrollo nacional.
La ciencia en México está estancada, para muestra, son pocas las instituciones académicas que sobresalen por elevada producción científica y tecnológica, casualmente, son las que reciben año con año los mayores apoyos económicos, por lo que son las que entregan los mejores resultados a nivel nacional y que, incluso, compiten con instituciones extranjeras en distintos ámbitos científicos.
La realidad es que la ciencia en México está más devaluada que cualquier programa telenovelesco de la televisión. A nivel nacional al científico se le reconoce, se le admira, pero drásticamente no se le apoya, tal vez por eso es tan admirado. El científico mexicano se encuentra en aislamiento, prácticamente debe ajustarse a escasos presupuestos para obtener los mismos resultados que en otros países, con mayores recursos, se obtienen en menos tiempo.
Las entidades gubernamentales mantienen e incluso disminuyen el porcentaje de asignación presupuestal a la ciencia en México, no obstante de que el Producto Interno Bruto (PIB) aumenta cada vez más. En la actualidad el 0.37% del PIB de México se destina a la ciencia y la tecnología. De este porcentaje el 0.28% se ejerce en gasto corriente y el resto se aplica a ciencia, tecnología e innovación.
A nivel mundial se reconoce la necesidad de que cada país invierta en su desarrollo científico y tecnológico, los países que no realizan dicha inversión están condenados a ser importadores de tecnologías. Sin lugar a dudas, el avance de la nación está en función del apoyo, desarrollo y crecimiento de la ciencia y la tecnología.
No quiero pensar mal de nadie pero ¿acaso los gobernantes no se dan cuenta de la necesidad nacional por la ciencia y la tecnología? ¿En verdad son ingenuos para menospreciar tan valorable recurso? ¿Acaso prefieren disminuir recursos en educación, ciencia, tecnología e innovación para que continuemos educándonos por televisión común y corriente? Estimado lector, atentamente, ayúdeme a solventar estas dudas existenciales.
Entre adagios y paremias:
“Una vez en la llanura, incluso el tigre se ve a merced de un perro.”
Proverbio chino