El zoológico ambulante que todos llevamos encima
Miguel Ángel Méndez Rojas
Prometí a mi amigo y colega divulgador de la ciencia Ricardo Quit (#cc) que esta semana no escribiría con mi hígado en la mano, y que en lugar de quejarme amargamente de las cosas, sería más optimista y hablaría de lo que el título de esta entrada sugiere: los animalitos de la creación. Pero para ser más específicos, platicaremos de toda esa micro-fauna que vive en el (para ellos) ecosistema de nuestros cuerpos. Diminutos acompañantes que viven, comen, defecan y se reproducen dentro y sobre nuestro cuerpo, sin que nosotros los percibamos…la mayoría de las veces. De pies (hongo del pie de atleta) a la cabeza (caspa), pasando por la piel, las pestañas, las uñas y nuestro sistema digestivo, más de 2,300 distintos organismos colonizan alguna parte, incluso en aquellas personas obsesivas con su higiene personal. Cerca de 1,000 de éstos están alojados en el intestino y son bacterias. De hecho, nuestro zoológico personal es único y genera una “huella microbiana” en los sitios en donde pasamos la mayor parte del tiempo (trabajo, hogar, vehículo).
Por ejemplo, al arrancarte una pestaña alteras el hogar del Demodex folliculorum, un diminuto ácaro (300 micras) que habita en los folículos pilosos. Se alimenta de las secreciones y piel muerta, aferrándose firmemente al pelo mientras maduran, que es cuando emigran a un nuevo folículo para depositar sus huevecillos (cada hembra puede poner hasta 25 huevos) y repetir el ciclo. Es relativamente inofensivo, ayudando a la limpieza de la piel. Prácticamente el 100% de las personas presentan este animalito, caminando sin pena sobre nuestros rostros con sus pequeñas ocho patitas en busca de un nuevo hogar donde propagar su existencia. Una micropelícula de su apacible existencia, puede consultarse aquí: http://www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-2737292/The-microscopic-MITES-live-your-face.html
Otro habitante de nuestros espacios cotidianos, el ácaro de polvo (Dermatophagoides pteronyssinus), pariente de las arañas, ha conquistado nuestras recámaras, esparciendo su progenie en sábanas, colchones, almohadas, alfombras, etc. Ahí encuentran su principal fuente de alimentación: piel humana, que como celestial maná, llueve continuamente. A diferencia de los Demodex que prácticamente no generan desechos, la materia fecal de los ácaros de polvo puede originar algunos tipos de alergia (asma, dermatitis) en personas especialmente sensibles. Viven de 10 a 19 días, y llegan a depositar hasta cerca de 100 huevecillos en ese lapso. Un interesante video, que parece una imagen de ganado pastando en una planicie, nos muestra aspectos de la vida microscópica de este acompañante de nuestros sueños.
Literalmente, a nuestros pies, el hongo del género Trichopyhton, junto con otros más, es la causa del pie de atleta, una infección muy común que afecta la planta del pie y los espacios entre los dedos. Este padecimiento puede extenderse a otras áreas, como el cuero cabelludo y los genitales y es muy común contagiarse en albercas y baños públicos al caminar descalzo. El hongo coloniza los tejidos ricos en queratina, por lo que puede infectar las uñas y el cabello. Es molesto, debido a la comezón que genera por la dermatitis asociada y puede generar una apariencia escamosa, seca y agrietada en la piel infectada. Numerosos productos farmacéuticos y remedios caseros están disponibles para su control y tratamiento.
El piojo común (Phthiraptera), es un insecto neóptero (sin alas) que parasita a más de 3,250 especies de animales, incluyéndonos. En su etapa de huevecillo es conocido como liendre y puede llegar a constituir un problema sanitario grave, por su fácil propagación entre un individuo y otro. La pediculosis (infestación por piojos) es una de las infecciones más comunes que ocurren en las escuelas, en particular entre niños en etapa prescolar y primaria. Los piojos se alimentan de los desechos de piel muerta, secreciones sebáceas y sangre (son hematófagos). Las infecciones por este parásito son tan antiguas como la humanidad, teniéndose registros de éstas desde hace casi 7000 años, en el antiguo Egipto. Su aparición en circunstancias especialmente desafortunadas (catástrofes, guerras, hambrunas…) los hace incluso un parámetro de referencia del grado de miseria de una población, aunque también se asocia a otros factores como mala higiene, hacinamiento, promiscuidad y migración. En Nueva York, en ciertas temporadas del año en las que el clima hace especialmente favorable la propagación de este bicho, hay salones parecidos a peluquerías especializados en combatir los piojos. El problema se puede agravar hasta el punto de ser considerado una epidemia a escala global.
Muy recientemente ha quedado demostrado que somos un zoológico ambulante. Más de 100 trillones de microorganismos (100,000,000,000,000,000,000), un número que es 10 veces mayor al de todas las células de tu organismo, se alojan en tus entrañas (y por decir entrañas, me refiero al intestino). La gran mayoría de ellos están ahí por buenas razones, e impactan benéficamente tu salud, aunque algunos cuántos pueden causar efectos negativos. Este microbioma humano, formado por eucariotas, hongos y otros microorganismos, llega a pesar en conjunto más de 2 kilogramos y son causantes del 70% de nuestra inmunidad natural. Hoy en día esta tan establecida su importancia, que sin pensarlo dos veces habitualmente ingerimos bacterias a través de distintos productos lácteos fermentados para mejorar el funcionamiento de nuestro tracto digestivo. Cada ser humano tiene un microbioma que puede clasificarse en tres tipos (A, B, C) y pueden ser responsables de las diferencias en la salud de distintos grupos humanos. Así mismo, problemas tales como la obesidad, las afecciones cardiacas y algunos tipos de cáncer, pueden estar relacionados a trastornos asociados a la microfauna intestinal. Con tan numerosa compañía, podemos estar seguros de una cosa: nunca estamos solos.
Todos los organismos anteriores parecerán grotescos y hasta monstruosos (cualquier cosa magnificada miles de veces con un microscopio electrónico, seguramente se verá así). Pero fuera de algunas molestias llevaderas, coexisten con su hospedero de manera más o menos tranquila. Otros parásitos sin embargo pueden producir trastornos realmente graves en la salud humana y convertirse en un peligro para su supervivencia. Platicaremos de ellos en una próxima entrega.
Fuentes:
https://www.youtube.com/watch?v=QrmashOX5EU
http://es.wikipedia.org/wiki/Demodex_folliculorum
http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81caro_del_polvo
http://es.wikipedia.org/wiki/Pie_de_atleta
http://es.wikipedia.org/wiki/Phthiraptera
http://es.wikipedia.org/wiki/Flora_intestinal