Tú y yo, tenemos Química
Miguel Ángel Méndez Rojas
…y también Física, Biología, y hasta Historia (y Arqueología). Y no me refiero a que compartamos horario de clase en alguna institución educativa. Lo cierto es que a donde sea que volteemos la vista, hay un Universo maravilloso y fascinante a nuestro alrededor y que nos debería traer inmediatamente a la mente que es a través de nuestra cultura científica y tecnológica cómo podríamos entenderlo, disfrutarlo y cuidarlo un poco más. Pero volvamos a la Química.
Seguramente recuerdas tu Tabla Periódica. Ese compendio, a modo de acordeón académico, que resumen cientos de años de empirismo e investigación sobre la estructura y composición del mundo que nos rodea, pero que probablemente a ti sólo te traiga a la mente esos exámenes de final de periodo en donde la maestra Conchita te pedía recitar (en orden y con número atómico) cada uno de los 118 distintos elementos, distribuidos en un arreglo matricial de 18 columnas y 7 filas. ¿118 elementos? Bueno, ese es el número que han sido reportados, aunque todavía se discute si los elementos 113, 115, 117 y 118 realmente han sido sintetizados o están todavía en espera de ello. ¿Te acuerdas que la maestra te daba datos curiosos de los elementos químicos, con la esperanza de que de esa forma te interesaras en ellos y pudieras aprendértelos más fácilmente? Aprendimos que el elemento más electronegativo es el flúor (F), y que los gases nobles (helio, He; neón, Ne; argón, Ar; kriptón, Kr; xenón, Xe; radón, Rn) eran químicamente inertes y por tanto no reactivos. También nos explicaron que el elemento número 92 (uranio, U) era el elemento más pesado que existía de forma natural, así como que el mercurio (Hg) era (extraña, pero divertidamente) un líquido a temperatura ambiente. Nos explicaron que los elementos pueden distribuirse en 4 bloques o grupos (el ‘s’, el ‘p’, el ‘d’ y el ‘f’) y que algunos de ellos podían ser metálicos, otros no-metálicos y algunos más eran gaseosos, como el nitrógeno, el oxígeno o el hidrógeno. Lo interesante es que no todos se comportaban igual. Y eso es lo que los hace interesantes. Algunos, pensamos, son distintos por el número de electrones, protones y neutrones que los componen. Esa es su estructura electrónica, piensas de inmediato. Y te parece lógica la respuesta. Pero, ¿por qué entonces si tienen números de partículas distintos, algunos se comportan de forma similar? Bueno, aquí viene Dimitri Mendeleeev y las propiedades periódicas, que son de hecho lo que le da su nombre a esa tabla. Mientras preparaba una presentación en una conferencia en San Petersburgo, Mendeleeev cambiaba el orden de unas tarjetas que tenían los datos de varios elementos químicos y, súbitamente, empezó a encontrar ciertos patrones si las ordenaba de cierta manera. Ya posteriormente se dio cuenta de la necesidad de dejar ciertos huecos en ese arreglo y la gente le criticaba esa decisión, pero él defendía esa omisión, alegando que un elemento desconocido hasta ese momento debería ocupar dicha posición. El tiempo, y la investigación de otros científicos, le dieron eventualmente la razón. Pero la historia de la Tabla Periódica merece contarse aparte…
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http://en.wikipedia.org/wiki/Dmitri_Mendeleev
Pero regresando a los elementos químicos. ¿Sabías que dos de ellos fueron descubiertos en México? Tanto el tungsteno (o wolframio, W), como el vanadio (V) se descubrieron en minerales mexicanos. El primero, de la wolframita, por el español Fausto Elhúyar, mientras que el segundo en 1801 por el químico Andrés Manuel del Río, tras analizar un mineral de plomo extraído de una mina en Zimapán, en el hoy estado de Hidalgo. Del Río, emocionado, le dio por nombre ericromio al nuevo elemento, pero luego fue convencido por el científico y viajero Alexander von Humboldt de que no era un nuevo elemento, sino simplemente cromo y se retractó. Esto fue aprovechado en 1830 por el sueco Nils Gabriel Sefström, quien lo redescubrió y bautizó como vanadio, en honor a la diosa escandinava de la belleza y juventud. Lo interesante de este elemento (el vanadio) es que otro mexicano, el Dr. Enrique González Vergara, investigador de la BUAP, ha conseguido preparar un compuesto basado en éste, que es capaz de normalizar la capacidad de metabolización de azúcares en pacientes diabéticos. Otro dato interesante es que sólo el oro (Au), la plata (Ag) y el cobre (Cu) pueden ser encontrados en forma nativa y pura. De hecho, México (en la época de la Colonia) era el principal productor de plata en el mundo, de forma tal que los pesos plata acuñados en la Casa de Moneda de la ciudad de México, llegaron a convertirse en la divisa de intercambio comercial más popular en esa época.
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http://somosxoy.com/la-historia-del-peso-cuando-pesaba/
Hoy México sigue siendo uno de los principales países productores de plata, pero además es también uno de los principales productores de bismuto (Bi). El bismuto es el elemento natural, no radioactivo, más pesado que existe. Por su tamaño (radio atómico) es tan grande como los elementos del bloque f (los lantánidos y los actínidos), pero su núcleo es estable y no decae radioactivamente de forma espontánea. Uno de sus usos históricos más importantes fue en la fabricación de tipos de imprenta, pero hoy en día un uso popular del mismo está en darles el acabado brillante a los botones de las camisas. Por su tamaño y características, resulta extraño pensar que pueda estar en un medicamento, pero cada vez que tenemos algún malestar estomacal y acudimos a esa famosa botellita de líquido rosa para sentirnos mejor, lo que estamos tomando es un compuesto químico de bismuto: el subsalicilato de bismuto (o Pepto Bismol). Podríamos continuar (y probablemente lo haremos) con más ejemplos y anécdotas interesantes alrededor de los elementos químicos. Sólo para terminar, y enfatizar que tú y yo sí tenemos Química, ¿sabes cuánto valemos, en base a nuestra composición química? Considerando que somos 65% oxígeno, 18% carbono, 10.2% hidrógeno, 3.1% nitrógeno, 1.6% calcio, 1.2% fósforo, 0.25% potasio, 0.25% azufre, 0.15% sodio, 0.15% cloruro, 0.05% magnesio, 0.006% hierro, y que el 0.044% restante esta formado por flúor, zinc, silicio, molibdeno, cobalto, boro, yodo, selenio, níquel, cromo, arsénico y demás microelementos, y que los precios actuales de cada elemento en el mercado son más o menos estables, una persona de aproximadamente unos 76 kg de peso tendría un valor aproximado de unos $2,100 pesos.
¡No valemos nada!